lunes, 25 de agosto de 2014

El desafio de crear y gestionar organizaciones de alto desempeño

En un mundo altamente competitivo y con fuertes dosis de incertidumbre, aumenta la complejidad de las tareas y responsabilidades de quienes dirigen organizaciones. Lo anterior obliga a estar permanentemente en un estado de alerta para anticiparse a las situaciones que puedan afectar la administración y operación de las instituciones, cualquiera sea su naturaleza. 
 
En este escenario un desafío vital para los ejecutivos es la creación, mantención y crecimiento de organizaciones de alto desempeño.
 
En una temática donde hay tantos conceptos pero pocas definiciones claras ¿Qué vamos a entender por una organización de alto desempeño?. Para esto vamos a recurrir a las ideas de Elliott Jaques en su obra "La organización requerida". En ella se plantea la tarea de los ejecutivos de construir organizaciones donde se puedan "realizar negocios con eficiencia y competitividad, liberando la imaginación humana y actuando con confianza y satisfacción en el trabajo".
 
Lo anterior lleva consigo tres ideas a considerar: la primera es básica, la obligación de ser eficiente y competitivo para mantener la sustentabilidad en el tiempo, la segunda reconoce un recurso muy importante como son los conocimientos y habilidades de las personas que trabajan en la organización y la necesidad de generar espacios donde se puedan aprovechar sus capacidades y la tercera se refiere al clima laboral que propicia el alto rendimiento y donde deben estar presente la confianza en las interacciones personales y la satisfacción por el trabajo realizado.
 
Cumplir estos requisitos implica preocuparse de lo que llamamos las 3P de la Gestión: Planificación, Procesos y Personas. La Planificación es la brújula que orienta el accionar de todos quienes pertenecen a la organización y le da sentido al trabajo que se ejecuta. Los Procesos permiten identificar las cadenas productivas, el valor agregado en cada una de las cosas que hacemos y las oportunidades de mejoramiento y la Gestión de Personas, se preocupa de las características de los seres humanos en su dimensión laboral, entendidas en función de sus valores, capacidades y destrezas.
 
Con esto estamos planteando el Qué hacer, ahora se abre un gran espacio de diseño para responder a una pregunta clave: Cómo hacer. El propósito de LEMA Ltda. es configurar herramientas que permitan responder esta interrogante fundamental y poder colaborar con las organizaciones al logro del desafío planteado en el título de este blog.

lunes, 11 de agosto de 2014

La Cultura Organizacional en tiempos de cambio

La cultura organizacional se desarrolla a partir de una serie de supuestos e hipótesis que surgen al inicio y que le dan un sello reconocible por el resto: formas de administrar y gestionar, ambiente laboral, estilos de dirección, protocolos de comunicación, etc. en síntesis la cultura esta formada por una serie de paradigmas.

Si la organización es exitosa en el cumplimiento de su misión y logra sus objetivos, aumenta el poder de los paradigmas que la sostienen y los transforma en verdaderos dogmas que nadie se atreve a modificar. Si revisamos las historia de muchas organizaciones emblemáticas en el mundo, en particular hace 50 años, podremos ver muy bien reflejado lo que estamos diciendo.

No obstante hoy vivimos una era donde la velocidad de los cambios sigue un ritmo acelerado. Esto significa que muchos de los supuestos que sustentan la cultura organizacional tambaleen y sean cuestionados, sin embargo muchas veces la fuerza con la cual están anclados impide las necesarias reconfiguraciones para seguir cumpliendo con los propósitos de las instituciones.

Lo anterior se ha transformado en una dura tarea para los administradores actuales, ya que deben luchar para generar los cambios imperativos que los nuevos tiempos exigen. Algunos han sucumbido a estas fuerzas conservadoras con un alto costo para las organizaciones. Otros han sido capaces de vencer las resistencias y han podido instalar nuevos paradigmas que responden de mejor forma a los desafíos del entorno actual.  

La gran lección es que debemos tener la capacidad de tomar y soltar de acuerdo a los ritmos de los tiempos. A configurar y reconfigurar la cultura organizacional, identificando lo que debemos conservar y cambiando todo el resto. Para esto siempre debemos tener el foco en nuestros clientes y permanentemente hacernos la preguntas ¿Estamos agregando valor?.