Estamos frente al desafío de cambiar los paradigmas
que han regido el mundo laboral, desde
los tiempos de la Revolución Industrial y de Frederick Taylor y cuyo
principal postulado se basa en el mecanismo de “mando y control”, el cuál
limita la potencialidad de las personas y se sustenta en la emoción del miedo. Hemos
pasado del “Trabajo Manual” al “Trabajo del Conocimiento” por lo que
necesitamos nuevos “mapas” para describir el actual “territorio”. Entonces debemos
“soltar” nuestros antiguos modelos para dar paso a nuevas ideas que sean
realmente efectivas para gestionar las organizaciones de hoy y mañana.
Todo cambio genera tensión pero ya no hay
alternativa. Hemos sobreexplotados nuestros mecanismos tradicionales para ser
competitivos y ya no dan a vasto. Los directivos y ejecutivos lo pasan mal, los
mandos medios y trabajadores están insatisfechos y surge la tentación de pasar
los límites de lo ético.
Los altos directivos deben dar pasos seguros y
definitivos para llevar a sus instituciones al “Alto Desempeño Organizacional”
(ADO). Lo anterior significa la optimización de la productividad del trabajo y
la calidad de los productos y/o servicios, generando valor con responsabilidad
social. Esta definición integra una serie de conceptos que hoy se aplican en
forma diferenciada y sin coordinación.
Postulamos que el ADO se logra impulsando la CREATIVIDAD, que permite mejorar e
innovar en los procesos, productos, servicios y en general en todo lo que hace
la organización. Para esto lo primero es reconocer la capacidad creativa e
innovadora que todas las personas poseen y su disposición para ponerla a
disposición de una organización que les brinde CONFIANZA. La confianza reduce la incertidumbre y la complejidad,
genera posibilidades, transformaciones y evita el temor al error. La confianza
es el ingrediente fundamental de la acción creativa.
Los espacios laborales basados en la confianza se caracterizan
por estar integrados por personas que buscan las emociones positivas, se
comprometen con su tarea, generan relaciones provechosas, buscan el sentido a
lo que hacen y están orientadas al logro (Modelo PERMA de la Psicología Positiva).
Por lo tanto los altos directivos deben liderar procesos de gestión para
construir ambientes donde estén presentes estos elementos.
Para apoyar la construcción de estos espacios, proponemos
la aplicación de metodologías que, aunque tradicionales, miradas desde este
enfoque positivo se revitalizan y alcanzan una mayor efectividad. Este conjunto
de metodologías es lo que hemos llamado las “3P de la Gestión”: PLANIFICACION, PROCESOS y PERSONAS.
La Planificación contiene aspectos (misión, visión,
valores y objetivos) que estimulan el compromiso, el sentido y la orientación
al logro. La gestión orientada a los Procesos fomenta las relaciones laborales positivas
y también entrega sentido a las cosas que hacemos y a lograr los objetivos que
nos han planteado. Finalmente la Gestión de Personas puede hacer surgir
emociones positivas, compromiso con la organización y relaciones constructivas
entre quienes la componen.
Todo lo descrito anteriormente son los componentes
de lo que llamaremos “El Modelo ADO para
el Desarrollo Organizacional”.